jueves, 4 de agosto de 2016

Entrena



Elsa: Venimos de un siglo en el que hemos dado una importancia tan grande a lo físico que hemos menospreciado lo emocional. Pero la gasolina de nuestras emociones, lo que más nos motiva y nos pone en marcha es el amor -o la falta de él- de las personas que nos rodean.

Necesitamos la aceptación y el afecto. ¿Tengo suficiente amor en mi vida? es una pregunta esencial y se merece que organicemos nuestras prioridades diarias en torno a ella.

Marta: Y si la respuesta a esa pregunta es “no”, ¿qué se puede hacer?

Elsa: El amor, la capacidad y necesidad que tenemos de sentirnos conectados con los demás, no solo mejora la salud física y el bienestar mental, sino que también dispara la propia capacidad para superar obstáculos. Así que sin amor estarás menos sano, te sentirás menos protegido y te volverás menos creativo. Para mejorar esta situación puedes hacer mucho. Aunque hasta ahora no hayas sido consciente de ello, estás dotado para relacionarte con los demás. ¡Saca partido a tu talento! ¡Entrena tus habilidades sociales y afectivas!

Marta: ¿Es posible alcanzar la maestría en ello?

Elsa: Todos estamos programados con las habilidades sociales básicas que nos permiten convivir con los demás. ¡Y todos podemos entrenarlas como un músculo más de nuestro cuerpo! Es cuestión de ponerse manos a la obra. Me divierte imaginar la cara de asombro que debieron poner los vecinos del primer valiente que, en la década de los cincuenta del siglo pasado, se calzó unos pantalones cómodos y salió a correr. Fue entonces cuando se publicaron los primeros estudios sobre la mejora de la salud con el ejercicio físico. ¡Eran valientes! Espero que los lectores sean también pioneros y disfruten entrenando la mente e inspiren a muchas personas a su alrededor.

Marta: ¿De qué es cuestión mejorar en nuestras relaciones?


Elsa: De nuestra capacidad para ponernos en la piel de los demás, para sentir físicamente la alegría, el dolor, el asco, la tristeza y otras emociones básicas que son nuestro único lenguaje universal. La empatía nos permite compartir estas emociones y es la piedra de toque de nuestra inteligencia social. En mi libro hay muchos ejercicios para reforzarla, para aprender a escuchar y para expresar nuestras necesidades con firmeza pero sin agresividad. Si la entrenamos, observaremos que el mundo nos escuchará mejor.

Entrevista a Elsa Punset por Marta Bellmont.



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